Ir al contenido principal

A PASO DE CANGREJO


Algo está sucediendo, y a muchos podrá parecerles muy extraño, no es mi caso. Ya me habían contado, y mi comentario fue: ¿de qué te asombras? A mí ya nada me llama la atención. Y menos lo que tiene que ver con la gente. Se ven y se verán cosas increíbles. Siempre sostuve que la humanidad avanza a paso de cangrejo, como decía un tal Umberto Eco hace un par de siglos atrás. Y es tal cual; en lugar de avanzar retrocedemos, continuamente estamos volviendo a costumbres y modas pretéritas, como si eso tuviese algún valor. Supongo que estas cosas algunos las harán convencidos, todo puede ser, pero en la mayor parte de los casos no se trata de otra cosa que un mero snobismo.
Así como en una época volvieron a la vida los discos de pasta que habían dejado de utilizarse muchos años atrás, en otro momento volvieron las construcciones de barro de épocas pretéritas.
No sería de extrañar ver aparecer uno de estos días a algún anormal proponiendo volver a aquellos vehículos propulsados por motores que funcionaban con combustibles fósiles, o algún descerebrado queriendo regresar a la televisión y dejar de utilizar los actuales hologramas.
No hace mucho, un amigo de mi hijo hablaba muy alegremente de algo que había leído en un libro de historia, unos aparatos llamados celulares que la gente utilizaba para comunicarse a través de mensajes escritos o de voz, en lugar de los actuales chips que portamos ya en nuestros organismos al nacer y que nos permiten comunicarnos a través del pensamiento. Le parecía fantástico volver a utilizar esos aparatos ya inexistentes.
Por eso es que para nada me extraña lo que vi hoy al salir de mi casa. Ni bien con mi pensamiento cerré la puerta, me di vuelta y vi salir de su casa a mi vecino sin tapabocas, y con la barrera antipersonas apagada, por inverosímil que parezca. Y así como iba, se subió a su nave y levantó vuelo. Era un tipo joven, por cierto, que son los que empiezan con estas cosas de la moda retro.
Seguro que no falta mucho para que algunos de estos desubicados vuelvan a abrazarse e incluso a darse besos, o tener sexo real los hipócritas, volviendo a aquellas épocas nefastas de siglos atrás, por suerte superadas.


Comentarios

Entradas populares de este blog

DIGNIDAD

  Asomó la cabeza a la esquina y no vio a nadie, así que dobló y se mantuvo contra la pared avanzando muy lentamente. En el primer saguán se metió para adentro y se quedó en completo silencio. La lluvia continuaba y su impermeable ya estaba completamente inútil, necesitaba un respiro. De todas formas, su presa aún no aparecía. Tenía apenas una señas, y con eso se las debía arreglar. Se trataba de un hombre joven, tal vez de entre 30 y 50 años, morocho o castaño, no estaba muy claro. El mismo había pasado por esas etapas. Tuvo alguna vez el pelo rubio, cuando era muy pequeño, y bien lasio. Luego fue morocho y enrulado, y ahora era canoso. No le habían podido dar más señas que esas. Posiblemente llevara barba, y tal vez usara lentes. Dejó pasar cinco minutos y asomó lentamente la cabeza. Un hombre acababa de girar en la otra esquina. No podía ser otro que él. Salió y apuró el paso haciendo caso omiso a la lluvia. Al llegar a la esquina se detuvo y miró disimuladamente. El hombre es...

LAS DOCE

53, 52...comenzó a contar para adentro. En el banco de la plaza desierta, acariciaba a Bartolo echado junto a él y le iba explicando: - ¿Ves ahí? Esa es la iglesia. No...no ladres...perá... Faltan...a ver….unos 20 segundos… 19, 18 - Vas a ver el ruido que hacen...jeje 5, 4, 3 - Ahí vienen...escuchá...son doce La primer campanada de las 12 de la noche sonó y al viejo le corrió un lagrimón por la mejilla. Comenzó a comer las uvas mientras las escuchaba. Doce uvas. Doce campanadas. Cuando sonó la última, cortó la punta de la caja de vino con los dientes y se echó un buen trago. Le dio un pedazo de pan a Bartolo, eructó y le dijo: - Feliz año nuevo

ROGELIO

  Rogelio está como todos los días, sentado en la silla de asiento de paja, el banquito a un costado donde pone la pava, y tomando mate despacio y pensativo.Pimienta lo saluda como todos los días, pero hoy se detiene a conversar. -¡Como dice que le va don Rogelio? Hace calor ¿no? -Buen día. Y es lo que tiene que hacer ¿no? Tamo en verano vecino, y lo que pasa en verano es que hace calor. Hasta ahora, y desde que el mundo es mundo, siempre fue así. -Sí, pero ¿ta brravo eh? Dicen que es una ola de calor, que hay un coso, un lomo o algo así. Noo!! un domo, ahora me acordé, pero tiene forma de lomo igual. -Sí, es verano y hace calor, será por eso que no me llama la atención, si hicieran estos calores en julio me llamaría la atención; pero de seguro estaba acá sentado tomando unos amargos aprovechando el calorcito, ¿no cree don Pimienta? -Es como usté dice, si señor, les gusta ponerle nombres nuevos a las cosas, como si nunca hubieran existido. -Es una época buenasa pa algunos ofi...