-Buenas, qué tal, pase... -Buenas noches -La confundí con la vecina de enfrente jajaja...pero me pareció raro, a esta hora... -Disculpe la hora, pero es que... -Faltaba más, no se preocupe, supongo que debe estar muy atareada -Es viernes, y los imprevistos están a la orden del día, ya sabe...los que manejan borrachos...ese tipo de cosas. -me imagino; y ¿qué la trae por acá? -Vaya pregunta... -No me diga que viene a buscarme -Y...¿qué le parece?...no suelo hacer visitas de cortesía -Entiendo...solo que tantas veces la llamé y no vino... -No trabajamos así, a pedido, ¿me entiende? -¡Cómo que no! -Bueno...sí...pero en general tenemos una lista de espera, y a usted ya le llegó el turno -Apenas tengo 65... -Nos mandó a buscar a los 18, no me venga ahora con historias, y luego varias veces más...¿quiere que le cuente todas las veces que me mandó llamar al santo botón? -Siempre algo fallaba... -Sí...como la última...no me haga acordar...ya me había vestido para venir...t
A la pasión por los libros y la lectura, siguió como algo natural la pasión por la escritura. No siempre fue ficción, pero ahora que lo es, quiero compartir con ustedes lo que hago. Espero que disfruten al leer mis cuentos, tanto como yo al escribirlos. José Luis Perera