Dormía profundamente, pero las ganas de orinar
pudieron más, así que se levantó y se encaminó al baño. Justo un
paso antes de entrar sintió que algo tocaba una de sus piernas.
Encendió la luz y no vio absolutamente nada. No le dio importancia.
Hizo lo que iba a hacer y volvió a la cama. Apagó la luz y se tapó
apenas con la sábana.
Unos segundos después, sintió ruido en el
living. Algo muy concreto, la gata jugando con unas pelotas de
plástico que rodaban por el piso y rebotaban en los muebles, y
alguien (una voz femenina) que le gritaba: dale...dale! Pegale!
Picado por la curiosidad, se levantó
nuevamente, se fue hasta el living y encendió la luz. Por cierto, no
había ni gata (seguramente andaba afuera de correrías como todas
las noches) ni pelotitas y menos que menos ella, la de la voz (vivía
solo).
Volvió a acostarse, apagó la luz y segundos
después sintió que le tironeaban las sábanas. Sobresaltado
encendió la luz, y nada, todo estaba normal. Apagó la luz y de
nuevo alguien que tironeaba de las sábanas a la altura de sus pies.
Vuelta a encender la luz y nada.
Volvió a dormirse y sintió que ella lo tomaba
fuerte de la mano y lo quería sacar de la cama. Esta vez no quiso
encender la luz. Esperó un ratito y nuevamente, ella lo tomaba
fuerte de la mano. No volvió a encender la luz en toda la noche, y
durmió con ella de la mano.
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