- Si
tanto quería a esa mujer no debió dejarla ir.
-
Bueno...no se puede retener a alguien contra su voluntad
Mariángeles...cada uno sabe, ¿no?
-
Sí, ya sé, pero entonces que no llore ahora, lo hubiera pensado
mejor para no hacer macanas.
- No
hacía tanto que ella había venido no? Vaya uno a saber lo que pasó,
cada casa, cada familia es un mundo.
- Mi
cuñado, el abogado, también hizo lo mismo, parecen todos cortados
por la misma tijera, ahora no hay quién lo banque, está como
desesperado buscando otra.
-
Claro...a ellos qué les importa…
- No
creas, a mi marido sí que le importaba esa mujer.
-
Bueno, calmate, ya conseguirán otra sirvienta.
Comentarios
Publicar un comentario