Me quedo en silencio, con la luz apagada, escuchando el viento. Me han dicho que el pino puede caer encima de la casa; me han dicho mil veces que tengo que cortarlo, pero me gusta ese pino. Lo veo distinto a otros que hay por ahí. Y me gusta verlo allí, a tres metros de la casa e inclinado como para apoyarse en ella, como queriendo sostenerla. Pero en el silencio de la casa escucho el ruido del viento afuera, y mi corazón se paraliza al sentir crujidos y golpes. Serán ramas que vuelan sobre las chapas del techo. Me he caído muchas veces y me he levantado. Ya me volaron antes otros vientos. Si el pino cae no podrá levantarse. Pero es más fuerte que yo, va a aguantar este viento insoportable. Y ese crujido, y el viento que no para, y el pino que aguanta y yo que no. Y si cae me caigo. Nos caemos. Prendo la luz un segundo antes del estruendo. Y la luz se apaga y yo también. ____________________________________
A la pasión por los libros y la lectura, siguió como algo natural la pasión por la escritura. No siempre fue ficción, pero ahora que lo es, quiero compartir con ustedes lo que hago. Espero que disfruten al leer mis cuentos, tanto como yo al escribirlos. José Luis Perera